LA FOTOGRAFÍA COMO DOCUMENTO SOCIAL
Giséle Freund
CAPITULO 1
Las relaciones entre las formas artísticas y la sociedad
Las expresiones artísticas avanzan o se transforman de acuerdo al contexto en el que esté viviendo una sociedad. Cada nueva arte se va dando de acuerdo a los gustos, pensamientos, carácter político en el que se vive etc.
Los gustos se deben a las condiciones de vida que caracterizan a una estructura social, de lo que depende la expresión artística.
Los retratos que inicialmente se hacían comenzaron a modificarse en la forma y en la técnica. La litografía inventada en 1798 por Alois Senefelder dio un gran paso a la democratización del arte. La invención de la fotografía fue decisiva en esa evolución.
La fotografía desempeña un papel primordial, actualmente forma parte de las vidas cotidianas. Está presente en todas las clases sociales, todo mundo desea quedar grabado en una foto. Por ello la fotografía posee la actitud de expresar los deseos y las necesidades de las capas sociales dominantes, y de interpretar a su manera los acontecimientos de la vida social.
En la actualidad dominada dominada por la tecnoestructura cuyo objetivo persigue la creación incesante de nuevas necesidades, el desarrollo de la industria fotográfica es uno de los más rápidos entre el de todas las industrias. La imagen responde a la necesidad cada vez más urgente en el hombre de dar una expresión a su individualidad.
CAPITULO 2
Precursores de la fotografía
Los precursores del retrato fotográfico surgen al tiempo en que se da el ascenso en las clases sociales, esto porque provoca la necesidad de producirlo todo en grandes cantidades, y particularmente el retrato.
El retrato miniatura bajo la forma de tapas de polvera, de dijes, fue una de las primeras formas de retrato adoptadas por la capa ascendente de la burguesía.
En tiempos de Luís XIV se había inventado un nuevo procedimiento para hacer retratos. Constituía una diversión recortar en papel de charol negro el perfil de los amigos. Este procedimiento dio origen a un oficio que muchas personas hábiles ejercieron. Recibió el nombre de Silhouette, bajo dicha dominación alcanzó gran popularidad en Francia y en el extranjero.
La invención de la silueta provocó el nacimiento de una nueva técnica popular en Francia entre 1786 y 1830, conocida como fisionotrazo. Su inventor fue Guilles-Louis Chrétien. Era grabador pero su situación económica lo obligo a imaginar un medio capaz de aumentar el rendimiento de su técnica. Había que ganar en rapidez. En 1786 consiguió inventar un aparato que mecanizaba la técnica del grabado y permitía ganar bastante tiempo. La invención combinaba dos modos distintos del retrato: el de la silueta y el del grabado, creando así un arte nuevo.
El fisionotrazo se trataba de un sistema de paralelogramos articulados susceptibles de desplazarse por un plano horizontal. Con ayuda de un estilete seco, el operador seguía los contornos de un dibujo. Un estilete entintado seguía los desplazamientos del primer estilete y reproducía el dibujo a una escala determinada por su posición relativa. El fisionotrazo tenía un valor poco común y se desplazaba por un plano vertical, se hallaba provisto de un visor, que al reemplazar la punta seca, permitía reproducir las líneas de un objeto ya no a partir de un plano sino del espacio.
Tras haber situado el modelo, el operador, subido a un taburete detrás del aparato, maniobraba visando, y de ahí el nombre de visor.
Exgrabadores y extintores de miniatura adoptaron la nueva técnica. Entre ellos Quenedey, Gonord y Chrétien.
El único valor del retrato mediante fisionotrazo reside en su carácter documental. En las obras de miniatura el artista podía expresar lo que se le anotojaba como dato más característico de su personaje y dar así aparte del parecido externo un cierto parecido moral.
El fisionotrazo constituye el precursor inmediato del aparato fotográfico en una línea evolutiva, cuyo logro más reciente es hoy en día, el procedimiento conocido comercialmente como Photomaton, y para el color Polaroid.
No tiene nada que ver con el descubrimiento técnico de la fotografía pero se le puede considerar como su precursor ideológico.
CAPITULO 3
La fotografía bajo la monarquía de Julio (1830-1848)
La fotografía en un principio se vio adoptada por la clase social dominante: industriales, propietarios de fábricas y banqueros, hombres de Estado, literarios y sabios y todo aquél que perteneciera a los medios intelectuales de París. Y poco a poco, fue descendiendo a las capas más profundas de la media y pequeña burguesía, a medida que se incrementaba la importancia de esas formaciones sociales.
Toda invención está condicionada, en parte de a una serie de de experiencias y conocimientos anteriores y en parte a las necesidades de la sociedad. Así fue como, en 1824, Nicéphore Niépce inventó la fotografía.
La invención de la litografía sugirió a NIépce los pasos que quedaron por hacer. Si quería realizar pruebas litográficas, Niépce que vivía en el campo, tropezaba con las mayores dificultades para procurarse las piedras indispensables. Así fue como se le ocurrió reemplazar las piedras por una placa de metal y el lápiz por una luz solar.
Tras múltiples e infraestructuras tentativas, obtuvo por primera vez un resultado decisivo. No obstante el resultado obtenido por Niépce era aún muy primario. Corresponde al pintor Daguerre, quien por su invento del diorama había llegado al estudio de los efectos luminosos, el mérito de haber perfeccionado el procedimiento descubierto por Niépce hasta el punto de volverlo accesible a todos.
A finales del primer tercio de siglo varios sabios se interesaban por la fotografía, y tuvieron que pasar 15 años desde su descubrimiento para que el gran público se enterara de aquél invento.
El 19 de agosto de 1839 el estado francés adquirió el invento, dio publicidad al procedimiento en el transcurso de esa sesión de la Academia de Ciencias.
El daguerrotipo constituía el tema inagotable de los salones. París vivía enriquecido por una nueva sensación.
Tan pronto la fotografía fue de dominio público, surgieron inventores que reclamaban el mérito de la invención. En Francia, el funcionario Bayard, y en Inglaterra, el sabio Talbot, ya habían encontrado ambos un procedimiento de fotografía sobre papel, el primero a base de Yoduro de Plata, el segundo a base de cloruro. Eso prueba que la fotografía respondía a las necesidades de la época.
El nuevo invento había despertado la atención y el interés de casi todos los medios sociales, sin embargo, su imperfección técnica y los extraordinarios gastos que requería en sus principios sólo la hacían accesible a la burguesía acomodada.
En todos los pases de Europa la daguerrotipia tuvo un éxito considerable, pero fue sobre todo en Norteamérica en donde causo furor. En la joven democracia americana, ese nuevo medio de autorepresentación correspondía perfectamente al afán de los pioneros, orgullosos de su éxito.
No obstante, hubo que esperar al momento en que la placa metálica de Daguerre se viera sustituida por negativos de vidrio, para que quedaran colmadas las condiciones indispensables que plantea el desarrollo de la industria del retrato. El procedidito al colodión, descubierto por el pintor Le Gray, abría el camino al retrato fotográfico y al desarrollo de la industria.
CAPITULO 4
Los primeros fotógrafos
En los primeros tiempos del retrato fotográfico, se pone de manifiesto un hecho extraordinario de interés. La fotografía goza de un acabado artístico excepcional.
Muchos de los primeros primeros fotógrafos salían de los ambientes conocido como bohemia; pintores que no habían conseguido crearse una reputación, literatos que mas o menos sobrevivían escribiendo artículos de ocasión , miniaturistas y grabadores arruinados por la nueva invención.
Uno de los fotógrafos más distinguidos de esa época fue el dibujante, caricaturista, escritor y aeronauta Félix Tournachon Nadar. En 1853 cuando ya han pasado 14 años desde que la fotografía ingresara en el dominio público, a sus treinta y tres años de edad, abre un estudio de fotografía.
La primera clientela del retratista fotógrafo se recluta en la burguesía, y sobre todo en artistas e intelectuales.
CAPITULO 5
La fotografía bajo el Segundo Imperio (1851-1870)
La política de Napoleón, en sus inicios, trajo a Francia un período de prosperidad; el emperador se había propuesto poner a salvo el orden burgués. Industria y comercio tenían que prosperar. Los efectos de esa política económica también repercutieron en la pequeña burguesía. Esas capas burguesas proporcionaron al retrato fotográfico una nueva clientela. Tras alcanzar la seguridad material, pretendían afirmarse mediante signos externos. La tarea principal de la fotografía consistía en satisfacer ese afán de representación. La primera sociedad fotográfica fue la "Société Héliographique", fundada en 1851. La asociación se componía sobre todo de sabios y artistas.
Hacia 1852- 1853 tuvo lugar un cambio decisivo: la aparición de Disderi, quien redujo el formato y creó el retrato tarjeta de visita. Reemplazó la placa metálica por el negativo de vidrio y de ese modo pudo hacer un cliché y entregar una docena de copias. Esos retratos que hasta ahora quedaban reservados a la nobleza y a la burguesía rica, se volvieron accesibles para quienes vivían con menos holgura. Su establecimiento llegó a ser el más importante de su género, no sólo en París sino en toda Europa. Propuso la organización de un servicio fotográfico en el ejército.La fotografía se había vuelto una gran industria en base a una vasta clientela. No bastaba con que se adaptara a las exigencias económicas de la clase burguesa ascendente, también debía adaptarse a su gusto. El gusto artístico del público se había cristalizado a través de las exposiciones anuales fundadas por Luis Felipe. El gusto de éste abarcaba todo aquello que pudiera fortalecer el sentimiento nacional, el patriotismo y la veneración de la casa reinante. Sus gustos y su política se hallaban dirigidos por la misma política del término medio, atemperante, alejada de cualquier extremo. Era enemigo de cualquier innovación. La gran masa de público que se extasía ante la pintura moderna y exacta del término medio carece de educación. El fotógrafo, cuyo ascenso responde al mismo proceso que el de su clientela, carece igualmente de educación. Remeda los géneros aceptados. Mientras que los artistas fotógrafos solían situar el rostro como centro de la imagen, ahora el valor recae sobre toda la estatura. Los accesorios que aderezan el retrato distraen al espectador de la persona retratada. Nuevas técnicas se desarrollan según las necesidades sociales de cada época. El burgués, sumamente empeñado en ofrecer un aspecto agradable, suscita el nacimiento de una técnica capaz de eliminar todos los detalles molestos. Esa técnica es el retoque, inventada por Hampfstängl. Gracias al retoque, el fotógrafo tenía la facultad de eliminar lo que pudiera desagradar a la clientela.
CAPITULO 6
Los movimientos y la actitud de los artistas de la época con respecto a la fotografía
La foto, nacida de la cooperación de la ciencia y de nuevas necesidades de expresiones artísticas, fue objeto de violentos litigios en el momento de su aparición. La Iglesia también fue muy hostil al principio. Esa época encuentra su mejor expresión en la filosofía positiva. Se exige una exactitud científica, una reproducción fiel de la realidad en la obra de arte. Hubo mucha polémica entre foto y arte, oposiciones entre ambos campos. Es evidente que la foto, durante el siglo XIX, no hubiese llamado tanto la atención en los medios artísticos si la influencia de las transformaciones sociales no hubiese revelado nuevas tendencias en el arte. Hacia 1855, ya se discutía públicamente acerca de una nueva tendencia artística, el realismo. La teoría de esos primeros realistas es inseparable de la estética positivista. Sus exigencias podían derivar de la aparición del aparato fotográfico. "Sólo se puede pintar lo que se ve", declaraban.
El punto de partida es el mismo en la foto que en el realismo: para el fotógrafo, la realidad de la naturaleza es exactamente la realidad óptica de la imagen. Sin embargo, los realistas se negaban a considerar la foto como un arte. El retrato fotográfico, explotado en su mayoría por gentes que sólo buscaban enriquecerse lo antes posible, consolidaba la mala reputación de la foto en el mundo artístico. El área de penetración de la foto, limitada al principio a la edite intelectual, se extendió hacia 1860 a las amplias masas de la burguesía y de la pequeña burguesía. Los primeros partidarios de la foto se convirtieron en sus más furiosos enemigos. Baudelaire veía la foto como un procedimiento apto para halagar la vanidad de un público que no entiende nada de arte. Delacroix consideró la foto como un auxiliar muy precioso que podría completar la enseñanza del dibujo. Pero la rechaza en tanto que obra de arte, lo esencial no era el parecido exterior, sino la intención. El retratista ha de reflejarnos más de lo que estamos acostumbrados a ver. El pintor histórico, para quien lo esencial era ante todo la reproducción exacta, debía encontrar en la foto el auxiliar ideal.
El artista que vivía del retrato, veía como disminuían sus encargos de día en día; el gran culpable era la foto y no ha de extrañarnos que la mayoría de artistas manifestaran una profunda hostilidad por esa moda que no cesaba de ganar terreno.
CAPITULO 7
Expansión y decadencia del oficio de fotógrafo (1870-1914)
Casi todos los artistas le negaron a la fotografía la dignidad de obra de arte. Diversas consideraciones estéticas, al igual que cierta aprensión por la competencia contribuyó a ello. Los fotógrafos, en oposición a los artistas, se mostraban unánimes; la foto se relacionaba con el arte y no con la industria. La competencia empieza con la expansión del oficio de fotógrafo. En 1864 la foto va adquiriendo impulso. Se funda la Oficina Internacional; todo lo que afecta a la foto entra en el cuadro de actividades de esa Oficina. En 1862 se crea la Cámara Sindical de Fotografía. En 1860 no existía ninguna ley en Francia sobre la foto. A lo largo del siglo XIX, los tribunales tuvieron ocasión de estatuir sobre el valor artístico de la foto. Ya hacia 1850 se promulgó una ley que castigaba la venta de fotos obscenas en la plaza pública como delito de ultraje a la moral y las buenas costumbres (las primeras fotos de desnudo).En las últimas décadas del siglo XIX los progresos técnicos que hicieron posible el éxito del retrato fotográfico son los mismos que lentamente lo condenan a hundirse. A finales de siglo la foto aficionada adquiere un gran impulso y surgen tiendas fotográficas. Además, el fotomatón priva al fotógrafo profesional de los considerables recursos de las fotos de identidad. Con la simplificación de los procedimientos, la foto acabará perdiendo su prestigio. En 1900, la decadencia del retrato fotográfico ya era evidente. Por esa época se inventaron nuevos procedimientos con ayuda de los cuales se pretendía que la foto se pareciera cada vez más a las técnicas dl dominio de la pintura.